Dr. Karmelo Bizkarra: “El ayuno cura”
El Dr. Karmelo Bizkarra es el responsable del centro Zuhaizpe de salud vital. Un lugar paradisiaco en las faldas de la sierra de Andía (Navarra), donde “se facilita la recuperación física, emocional y mental en contacto con la naturaleza”.
Dr. Bizkarra, la mayoría de la gente piensa que ayunar por gusto es cosa de locos…
“Yo diría que el ayuno es un camino olvidado de la salud. Es lo que hacen los niños y los animales cuando están enfermos, dejan de comer. Es lo que hacemos cuando tenemos una tensión extrema, una preocupación, cuando algo nos ha sentado mal, cuando estamos muy fatigados. No es nada nuevo. Es simplemente hacerle caso a la inteligencia del cuerpo. Si no estuviera tan tergiversado el mensaje, nos llegaría con la misma claridad que a los niños. La inteligencia somática de un niño cuando está enfermo le indica que más que introducir alimentos lo que necesita es desintoxicarse, regenerarse y curarse. Vivimos en unos tiempos en los que se come en exceso, por eso suena muy raro. Hace cuatro o cinco siglos mucha gente ayunaba porque había hambre. Algo que ocurre todavía en buena parte del mundo. El cuerpo tiene sus reservas para esas temporadas de no alimentos. En el ayuno no se deja de comer, se come a plato puesto, de las propias reservas del cuerpo. Se tiene contacto con la tierra, se bebe agua, se respira aire, se ‘respira la luz’ (por decirlo de alguna manera). Todo eso también es alimento. Como decían los antiguos: ‘De la tierra, del agua, del aire y del sol extraigo el quinto elemento, la quinta esencia, la energía vital’. Una persona puede estar semanas sin comer, pero sin respirar apenas cinco minutos como máximo. Ello nos indica lo importante que es la respiración para tener una buena energía. Respiramos lo justo para sobrevivir pero no lo suficiente para vivir. Uno de los grandes problemas es que no hay educación para la salud desde la escuela. A los niños se les enseña los ríos de Asia y las montañas de África, pero no se les enseña qué hacer con sus emociones: miedo, tristeza, rabia, alegría… La enfermedad muchas veces expresa lo que vivo o cómo vivo, pero también muchas veces expresa lo que no vivo, lo que callo, lo que me reprimo, lo que me niego a vivir”.
Cuando tienes una enfermedad, ¿significa que hay algo en tu vida que no funciona?
“Puede ser que esa persona sea como un niño, una esponja que recoja el desequilibrio que le rodea, el que haya en su familia. A veces la persona enferma es un individuo sensible que hace que esos procesos emerjan”.
¿Por qué la medicina convencional le ha dado la espalda al ayuno?
“Lo peor no es que le haya dado la espalda, sino que no ha tenido la curiosidad de profundizar. En el peor de los casos opinan sobre algo que no conocen, un proceder que no es científico. Yo, después de 37 años viendo los resultados del ayuno, sé la capacidad de regeneración que despierta en el cuerpo. El ayuno es algo muy grande y me da pena que no esté integrado en este momento en los hospitales. A veces la medicina está muy patrocinada por la farmaindustria u otros servicios. El ayuno es difícil de vender, no se puede patentar”.
¿Se ha sentido perseguido, incomprendido, por nadar a contracorriente?
“Perseguido, no. Incomprendido, mucho. Que dicen cosas de mí que no son verdad, pues también. Mi proyecto nunca ha tenido ningún apoyo o facilidad y sí muchas cosas en contra. Han hablado mal de mí sobre todo los que ni me conocen ni saben qué trabajo hago. Cada año vienen al Centro de Salud Vital de Zuhaizpe entre ocho y diez médicos. Tras la experiencia cambian totalmente el concepto”.
¿Cómo explicarías lo que es la medicina integrativa?
“Es la que integra lo bueno de la medicina convencional y lo bueno de la medicina tradicional, naturista. La medicina que aboga por apoyar la salud en vez de ir en contra de la enfermedad y de sus síntomas. Los médicos que llevamos décadas trabajando en este campo no lo hacemos por dinero o por poder, sino porque pensamos que es algo importante. El patrón que seguimos es que tenemos que cuidarnos para así poder curarnos. Como decía la diosa griega Hygeia, que promovía el arte de curar a través del arte de vivir. No vamos en contra de la medicina convencional, sólo queremos que se nos tenga en cuenta”.
- MIRA TAMBIÉN: Descubre las mejopres webs para ponerte en forma
Uno va al médico para que le cure, pero en realidad me tengo que curar yo. ¿Es así?
“Yo no soy ni médico convencional, ni médico alternativo, soy médico. En cada ocasión utilizo aquello que considero que es mejor. Como médico puedo decir que ningún médico en el planeta Tierra tiene capacidad de curar. La curación es inherente al organismo vivo. Es parte de los procesos curativos que hay en la naturaleza. Si vivo en armonía con las leyes del universo y las leyes de la vida, entonces me estoy curando. La palabra doctor no significa el que cura, viene del latín ‘docere’ que significa ‘el que enseña’. El médico no viene a curar, viene a enseñar a la persona una serie de herramientas que puede utilizar para recuperar la salud”.
¿Las medicinas tampoco curan?
“No. Las medicinas pueden, como mucho, despertar la capacidad de autocuración del organismo. Muchas medicinas alivian, pero aliviar no es curar. Dos personas diagnosticadas con la misma enfermedad y que toman la misma medicina. Una es posible que se cure porque su cuerpo tiene capacidad de autocurarse, pero a lo mejor la otra persona se muere porque su cuerpo no tiene capacidad de reaccionar y de autoregenerarse. La enfermedad en cada ser humano es diferente. Ya lo decía Hipócrates: ‘No hay enfermedades, sino enfermos’. Es la persona la que está enferma, no una zona del cuerpo”.
¿Por qué es tan mala para el cuerpo la sal?
“La sal endurece, produce esclerosis. Es un mineral. Cuando yo como un vegetal, es algo que tiene vida, energía, luz, calor, vitaminas. Para que el mineral pase a ser parte de mi organismo mi cuerpo tiene que hacer muchísimo trabajo. Por decirlo de alguna manera, hay que pasar el mineral a un estado humano. El vegetal y el animal están más cerca de nosotros que el mineral. Con esto no estoy abogando porque se coma carne. Los antiguos decían que a través de la carne también va lo sentido por el animal: estrés, miedo… Una persona de 70 u 80 años tiene muy poca energía para transformar la sal, en un joven no hay ningún problema. Las sales minerales estén en las verduras, en las frutas… Pero ingerimos esa sal en un estado más elevado de organización. No se encuentra ya en un estado ‘cristaloide’, sino en un estado semilíquido”.
Dr. Karmelo Bizkarra: “El ayuno cura”
Sigue leyendo…