La contaminación está reduciendo el esperma humano

Seguro que has visto alguna película apocalíptica en la que la fertilidad desciende de forma abrupta, hasta que llega un momento en el que ya no nacen más bebés y nuestra civilización desaparece. Claro que estamos hablando de ficción, para ser exactos, de ciencia ficción, ¿verdad? Bueno, pues quizá la cosa no es tan descabellada. Debido a la rampante contaminación atmosférica, la infertilidad masculina podría dejar de ser un simple tema para películas de ciencia ficción.

Contaminación y esperma

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Contaminación y esperma

 

El pasado mes de julio un estudio de la Universidad Hebrea de Jerusalén puso de manifiesto que en los últimos 40 años el esperma humano se había reducido a la mitad en el mundo occidental. De acuerdo con las investigaciones realizadas en Israel, la concentración de esperma se reducía un 1,4 por ciento cada año. Sin embargo, los científicos no fueron capaces de averiguar en realidad a qué se debía todo esto, cuál era la razón última de lo que estaba sucediendo. Aunque ahora se ha recabado más información y la respuesta podría estar en la contaminación atmosférica.

Otra investigación, esta vez realizada por la Universidad China de Hong Kong apunta a que hay una clara relación entre las partículas finas que se encuentran en las zonas con altos niveles de contaminación atmosférica y las formas anormales del esperma. Estas partículas que están en el aire tienen un tamaño inferior a 2,5 micrómetros y son las causantes de la reducción de la calidad en el esperma humano.

El equipo de la Universidad de Hong Kong, liderado por el Dr. Lao Xiang Quian, analizó la información conseguida entre 2001 y 2014 tras estudiar el esperma de 6.475 hombres taiwaneses con edades comprendidas entre los 15 y los 49 años. Después de cotejar los datos de calidad del esperma con los niveles de contaminación y las partículas finas que había en los domicilios, se comprobó que había una relación directa entre la polución atmosférica y la calidad del esperma.

Los investigadores observaron una coincidencia significativa entre los altos niveles de partículas finas de menos de 2,5 micrómetros y el nivel de actividad y la calidad del esperma.

Contaminación y esperma

 

Hay una fuerte relación entre las partículas finas de 2,5 micrómetros y la forma anormal del esperma. Cada aumento de 5 ug/m3 (microgramos por metro cúbico) de partículas finas a lo largo de dos años trajo consigo una reducción del tamaño y la forma del esperma en un 1,9 por ciento. Ello supuso un aumento en el riesgo de un 26 por ciento de tener un esperma con forma y tamaño inferior a lo normal. En esta investigación también se tuvo en cuenta otros factores que pueden influir como fumar, beber, la edad o el sobrepeso”, se afirmaba en el estudio.

Este daño se puede deber a la existencia de radicales libres en los contaminantes del aire, algo que podría llegar a alterar el ADN. Los efectos por ahora parecen ser menores, pero los investigadores hacen hincapié en que estos datos se han conseguido en un entorno de laboratorio.

Se trata de un importante reto para la salud. La contaminación atmosférica se encuentra en casi todas partes. El efecto de las partículas finas de 2,5 micrómetros en la morfología del esperma puede causar que haya un buen número de parejas que no sean fértiles”, aseguraron los responsables de esta investigación.

Ya en el pasado se ha establecido la relación entre la contaminación atmosférica y la mortalidad. Hay investigaciones que apuntan a que en el año 2050 morirán 6,6 millones de personas por la polución.

Otro estudio puso de manifiesto que las partículas finas son el componente más mortífero en la contaminación atmosférica y pueden ser absorbidas en el flujo sanguíneo hasta depositarse en los pulmones. Se cree que en India medio millón de personas murieron en 2015 de forma prematura debido a estas partículas. Quizá ya va siendo hora de que nos despertemos y cojamos el toro por los cuernos. Por desgracia, la contaminación atmosférica no es ninguna película ciencia ficción sino la cruda realidad.

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