Millones de personas sufren de insomnio: ¿La tecnología lo puede curar o es la causante?
Para Shakespeare era una de las fuentes de alimentación de la vida. Para el Dalai Lama es la mejor meditación. Para la industria tecnológica es la nueva frontera y se espera que en 2019 los productos relacionados con el sueño alcance un valor de 70.000 millones de euros.
En la feria CES de Las Vegas incluso hubo una zona dedicada a la tecnología del sueño. “Desde sensores que monitorizan el sueño y alarmas silenciosas, a iluminación del dormitorio, ruido de fondo, e incluso camas inteligentes. Las tecnologías del sueño nos están ayudando a controlar nuestras rutinas nocturnas y a rejuvenecernos”, dijo Gary Shapiro, consejero delegado de la Consumer Technology Association.
Es interesante notar que Shapiro usa el término “rejuvenecer”, pues hay varias técnicas que dicen que nos rejuvenecemos mientras estamos dormidos. De acuerdo a un estudio de la Universidad de Friburgo el sueño es necesario para que el cerebro acuñe los recuerdos y se prepare para el día siguiente. Por primera vez los científicos fueron capaces de mostrar que el sueño “resetea” las conexiones que tienen lugar durante la vigilia en el cerebro humano.
Cada vez se conoce mejor el mecanismo biológico que supone el sueño, lo que está permitiendo a toda una nueva generación de inventores repensar el lugar de la tecnología en nuestros ciclos nocturnos. En muchos aspectos el interés en este aspecto se debe a que nuestra civilización nos lleva a practicar una vida poco saludable.
¿Puede la tecnología evitar el que nos agotemos?
Arianna Huffington, la cofundadora y ex directora de The Huffington Post, dejó la página web de noticias para centrarse en su servicio de bienestar llamado Thrive Global. Al dejar su antigua empresa Huffington dijo a sus empleados que estaba “más y más entregada (obsesionada) con el estudio del agotamiento y del estrés. Además de analizar cómo estos aspectos influyen en nuestras vidas”.
“La falta de sueño se ha convertido en una epidemia”
En su último libro, “La Revolución del Sueño: Transformando tu Vida, de Noche a Noche”, Huffington escribió lo siguiente: “La muerte por trabajar en exceso tiene una palabra en japonés (karoshi), en chino (guolaosi) y en coreano (gwarosa). Una palabra que no existe en inglés aunque estamos rodeados de víctimas de ella… La falta de sueño se ha convertido en una epidemia”.
En una conversación que ya se ha hecho famosa, la periodista aseguró que: “Para los hombres la falta de sueño se ha convertido en un símbolo de virilidad”. No sólo es un daño para la salud personal, sino que además es una situación insostenible para las compañías líderes del mundo. Así que, ¿cómo podemos abordar esta crisis de sueño global?
Es posible que no te vaya a sorprender pero hay una app para ello. Rythm, una compañía de neurotecnología con centros en París y San Francisco, ha creado el primer “wearable” del mundo para mejorar la calidad del sueño. Dreem es una cinta para el pelo que ha sido diseñada para llevarla mientras uno duerme. El dispositivo usa sonidos que se sincronizan con los ciclos de sueño para mejorar la manera en la que se tienen cerrados los ojos. Para entender todo esto tenemos que recordar que el sueño es un estado activo. Durante una noche se suceden varios ciclos y después de cada uno hay una secuencia muy estructurada. Sueño ligero, luego profundo, luego REM (Rápido Movimiento de los Ojos), que es cuando ocurre la mayor cantidad de los sueños.
Arriba: Cinta Dreem para la cabeza de la compañía Rythm.
Los humanos llevan desde siempre durmiendo sin ayuda de la tecnología. ¿Necesitamos realmente usar “wearables” para esto? “Tienes razón al comentar que llevamos durmiendo de la misma manera desde hace mucho tiempo. Sin embargo, la tecnología está cambiando con rapidez casi cada aspecto de nuestras vidas. Pensamos que podemos usar su influencia para mejorar también la calidad del sueño. En Rythm creemos que ha llegado el momento de ir más allá de las tecnologías tradicionales y las poco precisas (monitores de actividad, etc.) y usar instrumentos validados por la ciencia”, confesó Hugo Mercier, cofundador y consejero delegado de Rythm.
Se emplea la tecnología de conducción por hueso, capaz de transmitir el sonido sin utilizar auriculares. La estimulación auditiva proporcionada por Dreem ha sido diseñada para ayudar al cerebro a permanecer en el estado de sueño profundo. Este ciclo se caracteriza por oscilaciones lentas. El sueño profundo es vital para restaurar energía en el cerebro, fijar los recuerdos, equilibrar las hormonas y retrasar la degeneración.
Los sonidos no están muy asociados a un buen descanso… En la actividad cerebral las oscilaciones lentas que se producen durante el sueño profundo son como un columpio en un día ventoso. Las estimulaciones auditivas se parecen a los empujones que ayudan a que el columpio siga moviéndose de manera constante. Los usuarios pueden ver sus ondas cerebrales durante el sueño a través de una app de iOS y monitorizar su historial a lo largo del tiempo.
Contando ovejas
Hugh Langley, director de la versión estadounidense de Wareable, tomó parte hace poco en un estudio del sueño. “Quería saber realmente cuánto puede ayudar la tecnología más allá de monitorizar el sueño. No tengo graves problemas para dormir, pero en el pasado no siempre me he acostado a mi hora ni he descansado todo lo que debería. Una cosa que descubrí (y que el médico también me había dicho) es que pensar mucho en dormirte tiene el efecto contrario. Es importante preocuparte por la calidad de tu sueño pero no debes hacerlo más de la cuenta”.
Rajiv Pant, director técnico de Thrive Global, avisa de los desventajas de la tecnología en el dormitorio: “Algunos dispositivos de última hornada, especialmente los que tienen pantalla de LED, han hecho que la gente duerma menos y peor. Estudios científicos han demostrado que la exposición a la luz azul que emiten las pantallas disminuye la producción de melatonina, la hormona que ayuda a controlar nuestro sueño y los ciclos del mismo. Por la noche esos dispositivos interrumpen el reloj biológico y provocan insomnio”.
“Además de la luz azul, aparatos como los móviles también interrumpen el sueño pues están relacionados con el estrés del día a día. La gente trasnocha navegando por internet o mirando sus teléfonos a mitad de la noche, lo que perjudica la calidad del sueño”.
Sin embargo, Langley quiere hacer hincapié en que para las personas que tengan problemas con el sueño hay tecnologías que pueden ser beneficiosas. “Algunos dispositivos monitorizan estímulos exteriores como la luz y el sonido. A veces estas cosas pueden destrozar el sueño sin que nos demos cuenta. La gente que duerme bien es posible que no necesite la ayuda de la tecnología pero quién sabe, quizá incluso mejoren así la calidad de su sueño”.
Pant es más cuidadoso: “La nueva tecnología aplicada al sueño puede ayudar a mejorarlo pero no sustituye a las prácticas saludables. Es vital no tener pantallas en el dormitorio, hacer ejercicio, además de reducir la ansiedad y el estrés”.
El agotamiento es una epidemia moderna y (de una u otra manera) está relacionado con las pantallas y los sensores que tenemos en la vida del siglo XXI. No hay una respuesta clara a si los “wearables” rejuvenecedores anulan los efectos perniciosos de las pantallas que nos distraen en nuestra vida diaria. La tercera parte de la población sufre de alguna forma de insomnio, así que ya es hora de que despertemos y nos enfrentemos a esta crisis. Esté o no la solución en la tecnología.
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