Bang&Olufsen BeoSound Shape: paredes con sonido
Bang& Olufsen describe su nuevo BeoSound Shape como un altavoz sin cables único, que puede diseñarse a medida, y que convierte un sistema de música de alta calidad en una forma de arte doméstico. Pues después de haberlo visto y escuchado en directo, tenemos que estar de acuerdo en todo.
Bang&Olufsen Beosound Shape: Modular
Está diseñado como una combinación modular de piezas hexagonales. Cada módulo contiene un componente: uno es el cerebro o Core, que controla todo y recibe la música. Luego están los amplificadores: cada hexágono es capaz para hasta cuatro altavoces, y podríamos llegar a montar 11 unidades. Después, los altavoces en sí, otro hexágono que monta un altavoz activo de dos vías, y en este caso la cifra máxima de montaje serían nada menos que 44. Y por último unos módulos absorbentes, que se usan para mantener el sistema unido, camuflar cables de conexión entre los demás, y ayudar acústicamente a la pared.
Cada hexágono es de igual tamaño, unos 36 x 32 centímetros, y sólo 11 cm de fondo. Una vez colocada encima la tapa, para la que hay una amplia gama de colores disponibles, parecen iguales y sólo quien lo haya montado sabrá dónde está cada componente.
Así que, como vemos, el mínimo sistema que podríamos montar sería un sistema de ocho módulos con cuatro altavoces: esa configuración base rondará los 4.000 euros (precio por confirmar todavía). De ahí, para arriba, hasta esos 44 altavoces máximos, un sistema que costaría aproximadamente diez veces esa cifra.
El que nosotros escuchamos cubría una pared de unos seis metros y tendría 10 o 12 altavoces. Sonaba en mitad de una estancia enorme, una bodega de un restaurante con altos techos, y lo cierto es que la sonorizaba muy bien.
Bang&Olufsen Beosound Shape: Sistema activo
En Bang&Olufsen hace muchos años que decidieron, como fruto de sus investigaciones en acústica, que sus cajas tenían que ser siempre activas. Esto significa que cada altavoz tiene su propio amplificador dedicado, al que se conecta directamente. De esta forma, controlando la señal que llega al amplificador, se puede jugar con diferentes efectos digitales si es necesario, incluso se puede proteger mejor al propio altavoz en caso de exceso de volumen.
El BeoSound Shape es activo, por supuesto: cada módulo hexagonal de altavoces lleva dos vías, que son un mid-woofer de 5,25 pulgadas para las frecuencias medias y graves, y un tweeter de 0,75 pulgadas para los agudos. Y cada módulo amplificador tiene 8 canales de amplificación, con hasta 80W disponibles. Usa circuitería en Clase D (muy eficiente) aunque no las conocidas etapas propias ICEPower de B&O, sino unas desarrolladas para esta aplicación, más compactas.
La señal que le llega a las etapas de amplificación procede del Core. Éste admite conexiones Bluetooth (4.1) o WiFi, pero también tiene conectores Ethernet y una entrada analógica más una digital óptica, por si queremos conectar una fuente de sonido de ese tipo. Lo normal será que reciba la música sin cables, mejor por WiFi, pues es compatible con música en formatos de alta resolución (hasta 24 bit y 192kHz). Es compatible con todos los formatos de audio, y con las tecnologías más populares: Chromecast, AirPlay, spotify Connect, y DLNA.
Bang&Olufsen Beosound Shape: la magia del DSP
Pero el Core, el sistema BeoSound Shape de hecho, esconde algo más: la magia del procesado digital del sonido. Es algo en lo que son grandes expertos en Bang&Olufsen, pues consiguen sacar partido de cajas acústicas complicadas, o de altavoces colocados en lugares muy poco óptimos.
La sorpresa al escuchar el Shape no está en cómo suena mientras escuchas de frente a la pared a cierta distancia, como si fuera un sistema tradicional estéreo. La sorpresa llega cuando te desplazas: normalmente el efecto estéreo se pierde cuando dejas de estar centrado. Aquí no, la solista sigue estando en el centro, y si tenía una guitarra a la derecha, ahí sigues escuchando al guitarrista aunque te vayas hasta un extremo de la sala. Incluso si te acercas a la pared.
El ingeniero que ha diseñado el procesador DSP que consigue este efecto nos enseñó cómo lo había simulado en laboratorio y cómo lo reproducía: básicamente, descompone la señal original en varios canales virtuales. En lugar de dos (derecha e izquierda estéreo), tenemos más diferenciación (más canales virtuales) entre la música que está totalmente a un extremo, en el centro, o hasta el otro extremo. Y, en función de cuántos altavoces (módulos) hay disponibles, reparte entre ellos la señal. Así, los músicos parecen estar tocando detrás de la pared, sin moverse aunque nosotros sí nos desplacemos.
Además el Core es actualizable: para diseñar nuestro primer sistema Shape entraríamos en la web de Bang&Olufsen, pondríamos el tamaño de la pared y cuántos altavoces queremos poner (por presupuesto), y ahí nos daría varias opciones de “formas” recomendadas. Al elegir la nuestra, el Core se configura de ese modo. Pero si más adelante queremos añadir, o modificar la forma, es sencillo hacerlo. Incluso, si tenemos un televisor B&O en casa, podríamos montar un completo sistema de cine multicanal instalando varios sistemas Shape en las paredes (o incluso el techo). Las posibilidades son enormes… y el sistema es sencillo de montar, como un Lego, que para eso es danés.
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