¿Cuándo llegará el coche autónomo?

Los coches autónomos eran algo que se veía en las películas de ciencia ficción pero en 2017 se están convirtiendo en una realidad. Compañías como Lexus, BMW y Mercedes están desarrollando la tecnología de conducción autónoma. Google también trabaja en esta tecnología y se rumorea que Apple colabora con BMW en este campo.

La autonomía total sigue en estado experimental pero la parcial ya es una realidad desde hace unos años. Así, el BMW de la serie 7 es capaz de aparcar solo e incluso se puede dirigir por control remoto.

Coche autónomo

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Coche autónomo

Ello no quiere decir que los coches autónomos estén a la vuelta de la esquina. Antes de que nuestras carreteras se inunden con vehículos autónomos las compañías tendrán que solucionar una serie de cuestiones técnicas e incluso éticas. Además de combatir el mayor peligro al que se enfrenta la tecnología de la conducción autónoma: los humanos.

El Google Car

Los coches autónomos pueden funcionar gracias a una serie de sensores que les permiten interactuar con el mundo exterior. El prototipo del Google Car cuenta con ocho. El más llamativo es el que va en el techo llamado LIDAR: una cámara que usa un grupo de 32 o 64 láseres para medir la distancia entre los objetos, construir un mapa en 3D a lo largo de una distancia de 200 metros y que permite que el coche “vea” los peligros. El vehículo cuenta además con otros “ojos”, una cámara que está montada detrás del parabrisas. Esta cámara busca potenciales peligros como peatones, ciclistas y otros vehículos, además de leer las señales de tráfico y los semáforos. En la actualidad ya hay coches que tienen un radar en el parachoques que gobierna el control de crucero y mantiene la distancia con el coche de delante.

Coche autónomo

El coche tiene una antena en la parte trasera que recibe información de la geolocalización a través de GPS. Un sensor ultrasónico en una de las ruedas traseras monitoriza el movimiento. El vehículo cuenta con altímetros, giróscopos y un cuentarrevoluciones. Toda esa información se emplea para que el vehículo se mueva con seguridad.

El Google Car puede “leer” la carretera como un humano pero estos sensores tienen sus limitaciones. Los vehículos autónomos simplemente reemplazan al ojo del conductor con una cámara por lo que puede verse “cegado” si tiene el sol enfrente o cuando la climatología es adversa. Después de empezar con su proyecto del Google Car el gigante estadounidense creó la compañía Waymo para encargarse de todo. El nombre Waymo viene de una contracción de las palabras inglesas “way – camino” y “mobility – movilidad”.

Coches conectados

Muchos piensan que para que todo esto funcione los coches tendrán que estar conectados con el mobiliario urbano. “La comunicación coche a coche y de coche a infraestructura son factores fundamentales para la conducción autónoma”, dijo Christoph Reifenrath, ejecutivo de Harman Infotainment, una empresa que suministra tecnología a marcas como Audi, BMW y Mercedes. “Por ejemplo, cuando el coche se acerca a un semáforo en rojo le daremos información. ¿Cómo podemos dar la información a cada vehículo que se aproxime a un semáforo en rojo? Habrá que encontrar una solución si queremos que la conducción autónoma funcione donde hay semáforos”.

La industria germana de la automoción está volcada en este aspecto fundamental de conectar a los vehículos y la infraestructura. Daimler, BMW y Audi han pagado 2.600 millones por la cartografía de mapas de Nokia Here que será usada para el coche conectado. El consorcio emitió un comunicado en el que se decía que: “Nokia está poniendo las bases para la nueva generación en la movilidad y la localización. Algo fundamental para la conducción autónoma. Los mapas digitales que sean extremadamente precisos se emplearán junto con información en tiempo real para aumentar la seguridad en la carretera”.

Coche autónomo

Para que la solución sea viable estos sistemas tendrán que estar en todos los vehículos, incluidos aquellos que todavía estén conducidos por los humanos. Es probable que vehículos de emergencia, como ambulancias o coches de policía seguirán siendo conducidos por personas por lo que deberán tener algún sistema para comunicarse con los vehículos autónomos. “Tienes que saber de dónde viene un vehículo de emergencia y cuándo llegará. La información será entre tu auto y aquel auto”, añadió Reifenrath.

El problema humano

Los coches autónomos tiene múltiples retos por delante pero ninguno más difícil que los humanos, pues en más de una ocasión las reacciones de las personas son imprevisibles. El Google Car es uno de los proyectos que cuenta con más experiencia y su interacción con los conductores humanos ha puesto de manifiesto el problema. El primer herido con un Google Car no se debió a un fallo del sistema sino a un error humano. El accidente sucedió porque un conductor no se detuvo cuando debería haberlo hecho. Mientras esperaba en un semáforo el Google Car fue embestido por un automovilista que no estaba atento. A pesar de la cantidad de sensores y la sofisticada tecnología que emplea nada pudo hacer el vehículo autónomo para evitar el accidente. Por fortuna sólo tuvo como consecuencia el que unos cuantos pasajeros se lesionasen el cuello pero el percance puso de manifiesto los problemas que surgen cuando se mezclan los vehículos autónomos con otros conducidos por humanos.

Coche autónomo

 

Chris Urmson, líder del proyecto Google Car, fue una de las personas que sufrió el accidente y lo describió de esta manera: “El semáforo estaba en verde pero había un atasco. Tres coches, incluido el nuestro, tuvieron que frenar y pararse para no bloquear la intersección. Una vez que nos habíamos detenido un coche nos embistió por detrás a una velocidad de 27 km/h aproximadamente. No frenó en absoluto”.

A pesar de toda su sofisticación los coches autónomos no tienen un plan B para enfrentarse a la estupidez humana. Al conducir las personas realizamos multitud de pequeños errores que las máquinas no son capaces de “comprender”.

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