Samsung Gear S3: la mejor alternativa al Apple Watch para usuarios Android

De entrada, el Samsung Gear S3 hace bien algo en lo que la mayoría de otros relojes inteligentes fallan estrepitosamente: tiene una excelente batería. Si lo cargas al 100 por cien, te aguantará casi cinco días. Sí, has leído bien, CINCO días: es el equivalente a usarlo cuatro días normalmente, con la pantalla en modo “timeout” y sin GPS, y cuando bajas a solo un 5 por ciento de batería, todavía te quedan 24 horas en modo de ahorro.

Eso solo ya es sobresaliente para un reloj y, si añades que tiene pantalla OLED a todo color, el Apple Watch Serie 2 queda más que humillado. La pregunta es ¿qué pasa con las demás cosas que ofrece el reloj? ¿Es lo bastante bueno como para compararse, o ganar, al Apple en lo que a soporte o facilidad de uso se trata? Veámoslo.

Prueba del Samsung Gear S3: diseño

Samsung Gear S3: prueba del smartwatch

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Samsung Gear S3: prueba del smartwatch

Responderé a esas preguntas más adelante en la prueba, pero primero deja que me centre en la estética. El Samsung Gear S3 está disponible en un par de versiones, “Classic” y “Frontier”, y ambos tienen un aspecto alucinante.

A mí me enviaron el Frontier para la prueba, y la verdad es que es muy atractivo: acabado en un color gris metálico muy oscuro, con una fuerte correa de goma (en la caja se incluyen dos medidas, una grande y otra pequeña), con dos anchos botones rugosos y un bisel giratorio de diseño agresivo y cuyo movimiento se acompaña de unos “clics” de calidad como en un buen reloj de submarinismo.

Samsung Gear S3: prueba del smartwatch

La diferencia es que en el Samsung Gear S3 este bisel no se usa como adorno o para hacer cálculos de tiempo de inmersión: es parte de la forma en que el reloj inteligente funciona y te permite seleccionar qué ves en su pantalla.

Gírala y la esfera del reloj se desvanecerá para dejar paso a una galaxia de diferentes notificaciones y pantallas de programas o “widgets”. No s0lo eso, también se usa para pasar por listas, cambiar selecciones, etcétera, en función de qué estás haciendo. La pantalla del Gear S3 es táctil, claro, y algunas cosas puedes hacerlas de las dos formas, pero a mí me pareció más cómodo usar el bisel porque así siempre tienes la pantalla a la vista, o quizás hacerlo así me hacía sentir más “007”…

Samsung Gear S3: prueba del smartwatch

La pantalla es fantástica. El Samsung Gear S3 tiene un display AMOLED con una resolución de 360 x 360 píxeles rematada con un acabado protector específico para dispositivos personales expuestos a agresiones, el Gorilla Glass SR+. Es perfectamente legible en cualquier situación en su configuración original y, muy práctico, atenúa su brillo en situaciones de poca luz, de forma que no te ciega ni irritará a nadie cercano en el cine cuando sólo quieres echar un vistazo a la hora o si tienes algún mensaje.

El problema con el Samsung Gear S3, y es mi única pega, es que es grandote. Mi “Frontier” mide 46 x 12,9 x 49 milímetros (incluyendo las patas para la correa) y el “Classic” es idéntico aunque el diseño le haga parecer más pequeño en las fotos. Estas medidas lo hacen más grueso que la mayoría de móviles actuales, por ejemplo, y eso se notaba cuando lo llevaba puesto porque a veces no cabía debajo del puño de mi camisa, o abultaba mucho debajo de la manga del jersey.

Samsung Gear S3: prueba del smartwatch

A cambio, Samsung ha podido meter dentro una batería de 380 mAh, mayor que la mayoría de otros relojes inteligentes, ofreciendo con ello una estupenda autonomía. Pero lo del tamaño es bueno tenerlo presente si tienes muñecas finas, o directamente no te gustan los relojes “grandes”: deberías probarlo en directo antes de sucumbir a la tentación de dar clic para comprarlo, porque entiendo que habrá quien prefiera algo más discreto o compacto como el Apple Watch, que además está disponible en dos medidas, o incluso el predecesor del S3, el Samsung Gear S2.

Prueba del Samsung Gear S3: características

Si tienes muñecas fuertes, o te gustan los relojes grandes, te gustará descubrir que Samsung ha mejorado muy notablemente las prestaciones del Gear S2 con este S3, y uno de los cambios más grandes es que ahora tiene GPS integrado. Esto significa que, como con el nuevo Apple Watch S2, puedes usarlo para irte a correr sin tener que llevar encima el móvil.

Samsung Gear S3: prueba del smartwatch

En mi experiencia esto funcionó muy bien: encontraba suficientes satélites GPS en solo 1 minuto y medio después de un encendido desde el apagado total en mitad de Londres. Con edificios altos alrededor no era muy preciso, y el camino recorrido tenía abundantes “recortes”, pero esto es normal: en cuanto salía a un parque grande, una área residencial sin edificios altos, o en el campo, el GPS tenía un seguimiento perfecto. La distancia recorrida también era precisa.

Otra novedad del Samsung Gear S3 es un altavoz incorporado para acompañar al micrófono que el S2 ya tenía. Esto libera algunas posibilidades extra, la principal es obviamente usarlo para responder llamadas al móvil sin sacártelo del bolsillo.

Samsung Gear S3: prueba del smartwatch

Otra cosa interesante, aunque yo prefiero no usarla cuando estoy fuera y dejarla solo para cuando estoy en casa, es la conectividad WiFi: gracias a ella ya no tienes que estar a una distancia relativamente corta de tu móvil para que el Bluetooth funcione y para recibir notificaciones o incluso hacer o recibir llamadas. Si estás en casa y has dejado el móvil en el dormitorio, estás en la cocina y te llaman por teléfono, podrás contestar con el reloj sin tener que ir corriendo a ningún lado, o subiendo y bajando escaleras. Para alguien en una oficina controlada puede ser también interesante.

El altavoz también sirve como entrenador interactivo cuando estás haciendo ejercicio: te animará cuando detecte que estás bajando el ritmo y te informará de cómo llevas el entrenamiento. El único problema de esto es que el altavoz no suena muy fuerte y es posible que no lo oigas si estás respirando fuerte, corriendo… y quizás tengas que usar un juego de auriculares Bluetooth que sí se conectarán al reloj, pues es capaz de ello también.

Samsung Gear S3: prueba del smartwatch

Estas nuevas posibilidades se suman a la colección de prestaciones que ya tenía el Gear S2 y que ya eran muy buenas. Tiene un sensor óptico del ritmo cardíaco que hace un seguimiento continuo de tu pulso durante el ejercicio y también hace mediciones puntuales durante tiempos de descanso en momentos determinados. Tiene un altímetro-barómetro y su aplicación asociada, que informa de la presión atmosférica y de la altura a la que estás. Tiene NFC, 4 GB de almacenamiento para música, se carga sin cables con el estándar WPC, y el procesador es un Samsung Exynos 7270 de doble núcleo a 1GHz con 768MB de RAM.

Todo esto es de primera fila, y gracias a ello el reloj se mueve fluidamente. Solo aprecié que se ralentizaba cuando jugué al Fruit  Ninja… pero no es para lo que el Samsung Gear S3 está pensado. En cualquier otra circunstancia, respondía con agilidad y fluidez tanto a los gestos sobre la pantalla como a los movimientos del bisel.

Algo en lo que el Samsung Gear S3 no es mejor que el Apple Watch S2 es en su resistencia al agua: sí que aguanta y responde al estándar IP68, pero eso significa que no podrás nadar con él puesto, aunque aguante -teóricamente- sumergido a 1’5 metros en agua durante 30 minutos.

Sigue leyendo: Prueba del Samsung Gear S3. Fitness y S Health…

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