Yamaha WXC50: reproductor de música en red
Además de sus motos de calle y de carreras, Yamaha es una marca bien conocida por sus instrumentos musicales (llevan más de 6 millones de pianos fabricados desde 1900) y por aparatos de alta fidelidad: altavoces, amplificadores, etcétera.
Su especialidad en las últimas dos décadas han sido los aparatos dedicados al “cine en casa” (o home cinema), desde sus amplificadores con procesado digital hasta sus barras de sonido, y algo de la tecnología de esos amplificadores, que se convierten en el núcleo del cualquier equipo de sonido moderno, ha servido para el producto que te presentamos ahora.
El Yamaha WXC50 es un aparato realmente versátil que puede convertirse en el centro de un equipo de música muy completo; es un reproductor de música estéreo en red, aunque también es un previo y convertidor digital-analógico (DAC). Es decir, es una cajita a la que podemos conectar una fuente digital como un lector CD/DVD/BR (por cable óptico), una fuente analógica (con los dos cables RCA tradicionales), la red doméstica (por Wifi o Ethernet), una memoria USB, o cualquier dispositivo Bluetooth.
Y cualquiera de esas fuentes de sonido la podremos seleccionar, controlar el volumen de salida, y enviarla a un amplificador o cajas activas (que tienen amplificación interna) a través de las salidas analógicas (2 RCA estéreo más una para subwoofer si tenemos) o digitales (óptica o/y coaxial).
El control es posible con su mando a distancia (tamaño tarjeta de crédito) o a través de la aplicación gratuita (y traducida al español) Yamaha MusiCast, o también (mi favorita) a través de su propia página web de control accesible desde cualquier dispositivo u ordenador.
¿Qué podemos escuchar con el Yamaha WXC50? Pues prácticamente cualquier cosa: es compatible con AirPlay y Spotify Connect, y también acepta los servicios en línea de Qobuz o Napster, y esperamos que pronto Tidal (que sí funciona en España al contrario que Qobuz). Por supuesto tiene función de radio por internet (millares de emisoras dedicadas disponibles) y, conectado a nuestra red doméstica o leyendo de un disco o memoria USB, la reproducción de archivos comprende todos los formatos habituales (MP3, FLAc, WAV, AAC, etcétera), tanto en codificación PCM (hasta 24 bit y 192kHz) como DSD (5,6MHz).
Prueba a fondo del Yamaha WXC-50
Nosotros lo probamos de dos formas: como “fuente” en un equipo estéreo de alta gama, y como “cerebro central” en un equipo de música simplificado al máximo. En el primer caso, en una sala optimizada, con unos altavoces B&W 802D, amplificación Linn y Hypex Ncore, el resultado fue sobresaliente dejándonos impresionados el alto nivel de calidad sonora que era capaz de alcanzar el pequeño Yamaha, que no estaba nada fuera de lugar rodeado de aparatos que multiplicaban por más de 10 su precio. En particular, como fuente digital usando el convertidor DAC de alta gama de Linn, las diferencias eran realmente sutiles frente al reproductor interno de éste.
Quiźas más interesante aún que esa prueba, que fue digamos un reto para ver de qué era capaz el Yamaha (y que superó con alta nota), lo pudimos disfrutar durante las semanas que estuvo con nosotros en un equipo más sencillo pero mucho más asequible y no menos disfrutable: con una pareja de monitores activos (autoamplificados) y la intervención ocasional de un tercero dedicado a graves (subwoofer).
La cantidad, y calidad, de música que producía el Yamaha WXC50 con este sencillo equipo es remarcable, y nos sirvió tanto de música de fondo reproduciendo emisoras a través de internet, como para momentos de relajación y lectura con la música elegida… o la propuesta por el excelente “descubrimiento semanal” de Spotify (tan recomendable como sus propias listas de reproducció dedicadas al tipo de música que prefiramos). También fue una gran elección para sonorizar películas reproducidas a través del DVD o reproductor de archivos (conexión digital óptica).
La verdad es que la versatilidad del Yamaha WXC50 nos ha gustado mucho, y también el que durante el tiempo que lo hemos tenido no nos ha dado ningún problema de conexión o falta de respuesta, algo por desgracia frecuente en algunos reproductores conectados a la red y que acaba desesperando. Yamaha ha sabido refinar su producto para que solo dé satisfacciones al usuario, y sería redondo si dispusiera de una pantalla frontal que nos informara de qué estamos escuchando (hay que tirar de móvil o tableta para eso). Existe una versión algo más cara con amplificación interna, el Yamaha WCA50, que es idéntico en lo demás, y que sería la opción recomendable para quien ya tenga unos altavoces “pasivos” (es decir normales sin amplificación interna) y quiera un sistema minimalista.
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