¿Te atreves a entrar en el lado más oscuro de internet?

Aparece en series de televisión, algunas noticias y hay muchos rumores sobre ella, pero ¿de verdad existe esa “web oscura”? ¿Y qué hay ahí escondido que sea tan gordo? Te lo descubrimos enseguida, pero antes un aviso: confórmate con saber, y no todo, de lo que te puedes encontrar en ese mundo porque seguramente estabas mejor antes de descubrirlo. Y otro aviso: ni pienses en “echar un vistazo” si no tienes un ordenador sin uso en casa que puedas preparar para esto, sin información tuya dentro, porque en la «dark web» hay gente muy mala, y mucha.

La punta del iceberg

Alguien ha publicado que la web que conocemos no es más que la punta del iceberg que oculta mucha más información, prohibida o ilegal, y de hecho así es. He visto varias estadísticas por ahí y hay quien considera que lo que vemos normalmente navegando por las webs “legales” como la nuestra es entre un 20 y un ¡4! por ciento del contenido total disponible… Sí, eso significa que entre un 80 y un 96 por ciento está oculto, menos cuando sabes cómo acceder a él claro.

El acceso a eso no es complicado, el problema es que sí es arriesgado: la concentración de hackers, delincuentes y en resumidas cuentas “gente mala” en esa parte es mucho más alta, y sería muy poco responsable ponerse a curiosear sin las debidas precauciones, además casi todas las páginas tienen virus de algún tipo… Es la selva y no puedes ir sin protección.

Dark web: la web oculta

¿Qué precauciones necesitas? Para empezar olvídate de usar tu ordenador normal: coge uno viejo que no uses e instálale un sistema operativo ligero (Lubuntu podría ser una buena recomendación), y luego cárgale a tope de antivirus, anti-malware, firewall a prueba de bombas, y por supuesto usa conexión “indirecta”, es decir usando un proxy y con un programa que cambia tu IP visible. Aún así, no estarás seguro, con lo que quizás es bueno no tener ningún otro ordenador conectado a la red si estás en casa, o directamente no hacerlo desde casa.

Y un último detalle, que no lo es: en algunos países solo navegar por esa zona es delito, en España ahora mismo no es así pero… entérate de si donde estás puedes tener un problema solo por curiosear. Otra limitación es que los navegadores habituales no funcionan allí: olvídate de Chrome, Firefox, Safari, etcétera: necesitas Tor.

Cuando accedas a www.torproject.org para descargarlo, que sea porque has tomado las precauciones debidas y estás decidido a seguir adelante. Si no, una vez más: déjalo. ¿Ya? Ahora tenemos que distinguir dos “internet ocultos”: las llamadas “deep web” (web oculta) y la “dark web” (web oscura). Estos nombres se usan en contraste con la llamada “surface web” que es, como puedes imaginar, lo que estamos acostumbrados a ver y conocemos (bastante) bien, y que podríamos definir como lo que aparece cuando haces búsquedas. Pero hay mucho más, oculto, que es lo que no aparece en ninguna búsqueda corriente: ésa es la “deep web” o web oculta, es mucha información pero no necesariamente “mala” sino que es de más difícil acceso.

Muchas web que seguramente visitas y conoces tienen este tipo de contenidos, simplemente perdidos al estar mal indexados o sin referencias en otras páginas, y es típico para documentación de empresas y organismos oficiales. Puede ser más o menos inofensivo según su origen, y quién lo mira y para qué. Pero parte de ese contenido oculto es la “dark web”: información escondida a propósito (no que es sólo difícil de encontrar como la otra) y para la que necesitas un navegador especial si quieres verla. Aquí es donde entra en acción Tor, el navegador que citábamos antes.

Las direcciones de las páginas no son como las que solemos ver, están encriptadas (símbolos sin sentido en lugar de un nombre) y la terminación “.onion”. A través de la “Hidden Wiki” Tor nos permitirá acceder a páginas con contenidos de todo tipo… y muchos de ellos indeseables.

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