La IA habría descifrado el código Enigma en 13 minutos
Una empresa de inteligencia artificial (IA) ha descifrado el código Enigma (el código secreto utilizado por el ejército alemán durante la II Guerra Mundial) utilizando redes neuronales y servidores en la nube, además de algunos cuentos de los hermanos Grimm.
La gesta ha sido realizada por una compañía de análisis de datos con unas herramientas de aprendizaje automático que ha descifrado la mejor encriptación de los años 30. El sistema es capaz de aprovechar 2.000 servidores virtuales y ejecutar 41 millones de combinaciones por segundo. Toda esta potencia computacional es sólo la mitad del enfoque, pues además se utiliza una red neural de IA que contiene la información de los cuentos de los hermanos Grimm. Esto le permite identificar las palabras que considera alemanas. Por ejemplo, la combinación: “Deutsch ist eine schöne Sprache” (el alemán es un idioma bonito).
“Lo importante es que no ha creado un diccionario. Lo que ha hecho es aprender que por lo general las palabras alemanas tienen tal longitud, que a menudo tienen dos o tres sílabas, o que muchas veces una S va seguida de una T. Así va construyendo unas reglas, en vez de buscar palabras que coincidan”, explicó Mike Gibbons, cofundador de la empresa Enigma Pattern.
Este ejemplo pone de manifiesto la ayuda que Enigma Pattern puede proporcionar a muchos tipos de compañías, desde el mundo financiero hasta el sector médico. La realidad es que no es muy probable que haya mucha gente dispuesta a usar redes neuronales para descifrar un código de la II Guerra Mundial, pero esta demostración pone de manifiesto cómo una combinación de inteligencia artificial y puro poder de computación ha creado un paradigma completamente diferente en torno al secreto de los datos.
“Esta es una pelea injusta, quienes crearon la máquina Enigma sabían qué capacidades hacían falta para descifrar el código, por ello la diseñaron de esa manera. Hoy se sabe que hay gente con nuestras capacidades y probablemente los gobiernos tienen todavía más recursos. Así que ahora cuando se diseña algo hay que tener este detalle en cuenta”, admitió Gibbons.
Arriba: Simon Singh con una máquina Enigma original.
El sistema Enigma Pattern tiene unas claras limitaciones. El entrenamiento con los cuentos de los hermanos Grimm sirve para reconocer el ritmo y la estructura de las palabras en alemán, pero no funciona con otro idioma. Además, el aprendizaje automático siempre tiene el problema de la caja negra. Es decir, no saber por qué los algoritmos hacen lo que hacen. Se ven los resultados, pero todo el proceso que está detrás del aprendizaje automático es algo opaco.
“Dejamos que una máquina haga este análisis porque excede la capacidad humana. Le estás diciendo a la máquina: ‘Encárgate de esto porque es demasiado complejo para mí’. Luego le dices: ‘Ahora explícamelo de una manera en la que yo lo pueda entender’. Se trata de una pregunta muy peliaguda. Entramos en asuntos complejos y delicados. En EE.UU se está utilizando la IA para evaluar las solicitudes de libertad condicional. Es evidente que todo este proceso se tiene que explicar”, dice Gibbons.
Le pregunté a Simon Singh qué diferencias hay entre una máquina mecánica y eléctrica como la Enigma original de la II Guerra Mundial y los algoritmos de Enigma Pattern. “Llevamos la máquina original a las escuelas y los niños entienden cada aspecto. Si ves los diagramas, entenderías cómo funciona el cableado. Lo mismo se puede hacer con el cifrado digital. Te puedo decir que hay un mensaje ASCII con los algoritmos encriptados. Aunque desde luego hay algo muy agradable cuando tienes delante un objeto mecánico y eléctrico, algo que puedes ver de manera física delante de ti”, añadió Simon Singh.
Si te ha gustado esta noticia y quieres más, date de alta en nuestra newsletter: