¿Por qué la tecnología nos genera tanta ansiedad?

La ansiedad es un estado que tiene muchos grados diferentes. Ahora tenemos un nuevo problema que es la relación entre la ansiedad y la tecnología. Todo se cae y no hay nada que lo sujete”, escribió el autor británico WB Yeats. Una persona ansiosa siente como si el mundo se le cayera encima. Desde un punto de vista médico, el “trastorno de ansiedad generalizada” se produce cuando esos sentimientos toman una magnitud tal que se vuelven incontrolables y afectan a la vida diaria de la persona. La ansiedad hace difícil el trabajar, dormir o incluso respirar. 

La tecnología digital tiene una relación clara con la ansiedad. Estamos conectados todo el día al correo electrónico, a las redes sociales y a los canales de noticias de 24 horas. Recibimos información de manera incesante ya sea de los medios de comunicación o de nuestros amigos y compañeros de trabajo.

Un estudio en el Reino Unido puso de manifiesto que las niñas y adolescentes de 11 a 18 actuaban de tal o cual manera según cómo fuese interpretado en las redes sociales. Sería fácil echarle la culpa de estos problemas a apps como Snapchat e Instagram pero las razones son bastante más profundas y van desde la cultura en la que vivimos hasta las presiones en la escuela, pasando por el papel que la sexualidad juega en las redes sociales.

Ansiedad por desconexión

Los móviles y las redes sociales permiten a los seres humanos conectarse de una manera que habría sido inimaginable hace unos años pero al mismo tiempo tienen la capacidad de causar ansiedad. Es importante que se reconozca este hecho. Las nuevas tecnologías han dado paso a situaciones que no conocíamos antes como la ‘ansiedad por desconexión’. A veces contribuyen a que las personas tengan dificultad para desconectar y concentrarse en asuntos y actividades importantes. Al igual que con otras cosas hay que encontrar un equilibrio al emplear la tecnología”, dijo Nicky Lidbetter, consejera delegada de la organización caritativa Anxiety UK (Ansiedad Reino Unido).

Plataformas como Facebook y Twitter han sido diseñadas para promover la interacción de manera casi constante. Recibimos sonidos que nos avisan de una nueva notificación, puntos, banderas, corazones y otros símbolos que hay que activar. El cerebro se anticipa a los avisos de un nuevo mensaje y esto puede llegar a ser adictivo. Uno de los peligros es dedicar una enorme cantidad de tiempo a navegar por las redes sociales a expensas de las relaciones y actividades personales.

Ansiedad en las relaciones

Marian O’Connor, una psicóloga especializada en sexualidad, cree que estos nuevos comportamientos pueden provocar ansiedad en las relaciones. La pareja puede estar sentada junta pero se encuentra desconectada. “Antes por la noche sabías que tu pareja estaba ahí. Sí, ahora sigue en la misma habitación que tú pero cada uno está con su móvil comunicándose con gente diferente hablando de asuntos distintos. Cuando te acercas a ver qué está haciendo tu pareja, él o ella cambia la pantalla del móvil. Es posible pasarse toda la noche de esta manera, sin que se dirijan una sola palabra. ¿Tu pareja está siguiendo las últimas noticias sobre el fútbol o está visitando una página de citas por internet?”.

Para las personas que no tienen pareja las apps de citas suponen también una fuente de ansiedad. Si bien estas plataformas han ayudado a la liberación sexual, por otro lado pueden promover una actitud consumista ante los encuentros. Se pone el énfasis en la apariencia externa, lo que unido a la cantidad de personas que usan estas apps hace que el encuentro sea casi como una transacción.

Ansiedad y tecnología

Esta despersonalización puede hacer que algunos individuos sientan que sólo son interesantes desde el punto de vista de objeto sexual. Lo que puede llevar a una incómoda separación del cuerpo y la mente hasta caer en la depresión y la baja autoestima”, añadió O’Connor.

¿Cómo mitigar la ansiedad relacionada con la tecnología?

La buena noticia es que la gente está empezando a darse cuenta del impacto que la tecnología digital tiene en nuestra salud mental. Este año marca el décimo aniversario de la llegada del iPhone y podría ser que la hiperconectividad de la década pasada esté dando paso a una utilización más medida de los móviles y las redes sociales.

Parece ser que la sociedad se está dando cuenta del impacto, positivo y negativo, que las redes sociales pueden tener en nosotros, lo que es una buena cosa. Si la persona es consciente de la cantidad de tiempo que pasa navegando y el efecto que le produce, entonces será más capaz de encontrar un saludable equilibrio. El decidir dedicar un tiempo determinado a la ‘desintoxicación digital’ podría ser útil para controlar la ansiedad provocada por la tecnología”, apuntó Lidbetter.

Por otro lado hay una gran cantidad de apps dedicadas a aliviar la ansiedad de la vida moderna. Ya se trate de aplicaciones para dormir mejor, mejorar la tranquilidad de espíritu, etc.

Cuando se está en línea hay que mantener una especie de sentido de la proporción y no perder de vista que la imagen de una persona en las redes sociales puede que no refleje cómo es ese individuo en realidad. “La gente comparte fotos y textos modificados y así se presentan a los demás. Los individuos se comparan con lo que ven online y sienten que no pueden estar a la misma altura lo que puede influenciar la autoestima”, hizo notar Lidbetter.

Ansiedad y tecnología

Hay algunas sencillas indicaciones que pueden mejorar el bienestar. Por ejemplo, conectar cara a cara con la gente que tenemos alrededor. Mantenerse activo. Tener una curiosidad insaciable. Intentar aprender siempre algo nuevo. Dar algo a los demás aunque sólo sea una sonrisa o usar parte de nuestro tiempo en una organización que se dedique a ayudar a los más necesitados.

Da igual cómo pase uno su tiempo, siempre es una buena idea descansar y apagar la pantalla. Dar un corto paseo y dejar el móvil en casa o apagar el ordenador y hablar con la persona que amas. Son pequeños pasos para que el smartphone no ocupe el centro de nuestra mente y nuestra vida. Hay que desconectar de las cadenas que nos bombardean con noticias las 24 horas. Nunca hay que perder de vista que las redes sociales tampoco merecen el tiempo que suelen ocupar en nuestras vidas. “Como tantas otras cosas en la vida, el secreto está en encontrar el equilibrio”, dijo Lidbetter.

Si te ha gustado esta noticia y quieres más, date de alta en nuestra newsletter: